Nacer en la calle para enfermar, sufrir, y en muchas ocasiones morir. Este es el destino de la mayoría de los gatitos en la calle, muchos de ellos agonizan enfermos hasta que mueren mientras nadie se para a tenderles una mano. Por suerte Gaudí, este pequeño rubito, tuvo quien si se paró a ayudarle, su infección en los ojos, sus hongos, todos sus problemas no han podido con él y el campeón se recupera cada vez mejor. Está en Talavera